A Nacho que hoy brilla desde el cielo – mi historia de pérdida gestacional

Hoy 15 de octubre se conmemoran las pérdidas gestacionales e infantiles. Para los que no saben antes que Elena llegara también fuimos una familia de 3. Pero esta historia no es sobre Ele esta vez, es sobre Nacho. La primera vez que estuvimos embarazados fue mientras vivíamos en Europa. Recuerdo estar llevando el conteo de mis temperaturas y ver en el registro como había llegado a más de 18 temperaturas altas. Una de las cosas que me ha enseñado el método es que pude darme cuenta que estaba embarazada incluso antes de hacerme una prueba de embarazo. ¿Cómo? Bueno, cuando registras tu ciclo con la temperatura basal puedes determinar que si tu fase lútea dura más de 18-20 días con temperaturas altas es muy probable que estés embarazada.

 

Me emocioné al ver tantas temperaturas elevadas que de un solo me hice una prueba de embarazo el día 18 del ciclo por la mañana y marcó positiva. Fue la sensación más emocionante de este mundo. Me acuerdo que fui a la cama y le conté a “L” y le enseñé la prueba. Sonrió tímidamente y me abrazó. Desde ya éramos una familia de 3. Las semanas siguientes teníamos un viaje planeado a Berlín, Krakovia y Londres… Y nos fuimos los 3. Fue el único paseo que hicimos de a 3 pero de los más especiales que tuvimos mientras vivimos en Europa.

Días después de haber regresado del paseo amanecí un día con sangrado y me asusté mucho. Fuimos a consulta con la ginecóloga. Yo para eso tenía 8 semanas. La doctora me hizo el ultrasonido y se escuchaba el corazoncito de Nacho. Respiré profundo y me tranquilicé. Todo estaba en orden. Me mandó hacer reposo y ponerme progesterona. Salí muy asustada de ahí, no quería perderlo. Aún no nos conocíamos y ya lo amábamos. Es increíble como algo tan pequeño puede cambiarte la vida para siempre. El sangrado paró casi al día siguiente con la progesterona y ya a los días retomé vida normal.

“Estoy segura que es un hombre…. ¿Cómo le vamos a llamar? Me gusta Ignacio… Nacho… Sí pongámosle Nacho.” – Le dije a L un día mientras salíamos del apartamento con mil capas de ropa (modo cebolla) camino hacia el Weihnachtsmarkt (Feria navideña alemana que se suele celebrar durante la época de adviento). La ilusión en nosotros crecía…

A las 12 semanas fuimos a control. “Ich finde keine Herzschlag, Es tut mir leid… (No encuentro latido, lo siento mucho)” – me dijo la doctora.

Creo que eso fue lo más duro que me han dicho en mi vida. Ese día perdimos a Nacho. Un 3 de enero, me ingresaron en el hospital y me hicieron un legrado. Recuerdo que a pesar de haber vivido tanto tiempo en Alemania y haber conocido la rigidez de esa cultura, ese día experimenté el mayor cariño cultural que jamás había sentido por el personal médico que me atendió. También por las personas que nos rodearon y acompañaron en ese proceso a mí y a “L”. Porque si bien yo llevaba a Nacho en mi vientre, la pérdida era de los dos.

Luego de la operación, amanecí vacía… Nacho ya no estaba con nosotros. Regresamos a casa con las manos y el corazón vacíos. A pesar de todo me sentí muy abrazada por toda la gente alrededor que me conocía. “L” y yo nunca estuvimos solos. Esa fue la manera en la que Dios nos abrazó desde la Tierra, con toda esas personas y ese amor que sentimos. No era el momento de ser una familia de 3 aún.

Aunque el paso de Nacho fue fugaz nos enseño que los tiempos de Dios son perfectos y a veces no son los tiempos nuestros. Aveces queremos todo ya; ir de prisa con las cosas; aveces planeamos y planeamos y se nos olvida disfrutar el momento; aveces se nos olvida que la vida es corta y el tiempo no regresa; aveces se nos olvida cuantas vidas podemos tocar y cambiar en un instante con un abrazo, una palabra o una mirada.

Luego de perder a Nacho regresamos a Costa Rica. Era enero y andábamos de paseo en la playa. Llevábamos unas pocas semanas de haber regresado y yo ya había empezado mi proceso de certificación con FEMM para volverme instructora del método. Ya tenía varias semanas pensando que quería emprender en este mundo de los métodos naturales y mirando las olas se me ocurrió una palabra: “sintonía”. Un poco curioso porque era lo que menos tenía en ese momento con mi cuerpo recuperándome de haber perdido a Nacho… Y talvez al mismo tiempo era todo lo que necesitaba. Ahí fue cuando nació este proyecto. Necesitaba reconectar de nuevo con mi cuerpo después de mi pérdida gestacional y crear sintonía hormonal me ayudó a sanar y a volver a enamorarme de mi cuerpo.

¿Qué ayuda ante una pérdida gestacional?

  • Vivir el duelo – llorar y expresar lo que sentimos.

  • Hablar de lo que pasó. – no es que se lo tienes que contar a todo el mundo pero expresarlo con tu círculo más íntimo o tu pareja ayuda y mucho.

  • Buscar ayuda profesional si es necesario para poder gestionar mejor las emociones que se sienten muchas veces es justo y necesario.

  • Nunca nunca nunca pensar que la pérdida gestacional fue culpa de uno. Las pérdidas gestacionales pueden suceder y es algo que no esta dentro de nuestro control.

  • Darse el tiempo para sanar – puede ser un mes, 6 meses, 1 año o más. Hay que tomarse el tiempo necesario para sanar. Como dicen los italianos “Pian piano si va lontano” (Despacio, despacio se va lejano).

¿Cuándo volverlo a intentar?

  • No existe una fecha, es cuando vos y tu pareja estén listos para volver a emprender la aventura.

¿Y si volvemos a perder el bebé?

  • ¿La verdad? Sí, eso puede volver a pasar. Pero si algo he aprendido es que no se puede vivir con miedo. Porque sino lo intentas por el miedo puedes perderte de la posibilidad de que otro bebé llegue e ilumine tu vida. Hay que tomar riesgos en la vida e intentarlo de nuevo confiando en Dios y en el proceso.

Me costó mucho escribir esto. Me ha tomado más de 2 años escribirlo. Pensé mucho en si compartirlo o no porque creo que es algo muy personal pero no quería dejar pasar por alto que Nacho existió y que las pérdidas gestacionales existen. Que no todos los embarazos son lindísimos y que no es fácil llegar a gestar. Pero si bien es cierto al final todo pasa por algo y aunque Nacho ya no está aquí me dejó la motivación y la energía para crear este proyecto.

A todas aquellas personas que hayan perdido un hijo o hija las abrazo. El proceso nunca nunca es fácil. La ilusión que se crea con un embarazo sea sorpresa o planeado es máxima y nada la puede reemplazar. Lo que si te puedo decir es que con el tiempo sanas y aprendes abrazar ese momento y a esa personita que, aunque estuvo poco, te cambió la vida.

Dedicado a Mari que de alguna u otra forma me dio la fuerza para escribir y compartir esta historia. Gael brilla también!

Comienza escribiendo tu búsqueda y pulsa enter para buscar. Presiona ESC para cancelar.

Volver arriba